Tuesday, March 22, 2011

MOLO KHAYELITSHA! // HOLA KHAYELITSHA! / English text at the bottom

Los últimos días han sido increíbles. Los hemos pasado en Khayelitsha, uno de los poblados más grandes de toda Sudáfrica. Es desolador ver las condiciones en las que viven sus 3 millones de habitantes. Un océano de chapas grecadas, maderas y cartones que se extiende hasta desvanecerse en el horizonte. Los postes de luz emergen de entre ese collage infinito asfixiados por caóticas marañas de cables empalmados. Comida en la calle, peluquerías, funerarias, negocios en containers… se mezclan con viviendas e hileras de cuartos de baño colectivos. Por la noche, la luz de las hogueras ilumina las grietas, que en forma de calles, fraccionan el laberinto.


En Khayelitsha la vida está en la calle, hay un continuo movimiento. Los unos con los otros. Siempre juntos, porque lo mejor que tienen es ese sentimiento de comunidad que en la gran ciudad tenemos olvidado. Los niños canturrean canciones cuando salen del colegio y nos han regalado las sonrisas más bonitas desde que estamos aquí.



VELOKHAYA

La gente de Velokhaya nos ha robado el corazón.

Velokhaya es una escuela de ciclismo que entrena a 300 niños de Khayelitsha, inculcándoles los valores humanos a través del deporte y en muchos de los casos, sirviendo a los chicos como válvula de escape, de evasión, ante sus tremendas situaciones en casa. Proporcionándoles un sitio seguro. Velokhaya, ante todo, es una gran familia.

Amos, además de una excelente persona, es su fundador. Nos cuenta que siendo mensajero de correos le empezó a coger el gusto a la bicicleta, hasta el punto de que decidió comprarse una propia con la que se presentó a su primera competición. La experiencia fue tal, que enganchó a su hermano para presentarse juntos a la siguiente. Comenzaron a entrenar y, poco a poco, la gente de Khayelitsha les empezó a conocer. Llegaron entonces las primeras familias pidiéndole que entrenara a sus hijos, y cuando Amos se quiso dar cuenta, tenía 10 bicicletas y otros tantos chavales entrenando en la parte de atrás de la casa de su madre. Allí nació Velokhaya. Y hoy, sigue alojando a los niños en esa misma casa las noches precedentes a las competiciones, para asegurarse de que cenan, duermen y desayunan apropiadamente.
El sueño de Amos, se vió recompensado cuando el Ayuntamiento le concedió el permiso para, con containers, construir el nuevo Velokhaya en un solar un poco alejado del centro de Khayelitsha. Un lugar peligroso, donde se concentraban el mayor número de atracos y violaciones, y que ahora, gracias a la escuela y al circuito de BMX, es una zona segura.


Han pasado ya diez años desde aquella primera bici, hemos podido poner un granito de arena en este precioso proyecto, y compartir con ellos unos días maravillosos. Mano a mano.



EL MURAL

Hemos vuelto a trabajar con color y estampados, en este caso, entre las letras que conforman el nombre del Club: BMX OVAL. VELOKHAYA. KHAYELITSHA. Los colores celebran la diversidad de gente que habita en Khayelitsha, todos juntos, en armonía. Son muy saturados, buscando llamar la atención y representar la energía del barrio.


Ha sido facilísimo trabajar con ellos. Gracias sobre todo a Lyall Sprong y Marc Nicolson (Thing King) que nos han brindado la oportunidad de estar allí y a la labor de Skeezo (uno de los entrenadores) que ha coordinado a los chicos para que todos pudieran participar en el mural, y de algún modo, sentirse aún más partícipes de Velokhaya.





El momento más emotivo, sin duda, ha sido la canción que nos han dedicado cuando hemos terminado el mural. Con un “gracias” final, en español.



Las gracias se las tenemos que dar nosotros por habernos enseñado unos valores tan olvidados en nuestra sociedad occidental.


ENKOSI! // GRACIAS!


MOLO KHAYELITSHA! HELLO KHAYELITSHA!

Last few days have been unbelievable.
We have been in Khayelitsha, one of the largest townships of all South Africa. It is devastating to see the conditions its 3 million inhabitants have to live in. An ocean of corrugated sheets of metal, plywood and cardboard that extends until vanish into the horizon. Asphyxiated light poles emerge among an infinite collage, with a chaotic tangle of spliced cables. Street food vendors, hair salons, funeral houses, businesses in containers mixed with rows of houses and collective bathrooms. At night, bonfires light up the streets that divide the maze.


In Khayelitsha life is on the street. There is a continuous movement. People is always together, because the best thing they have is that sense of community, long forgotten in the big city. Children hum songs as they leave the school and have given us the most beautiful smiles since we're here.



VELOKHAYA

People of Velokhaya has stolen our hearts.


Velokhaya is a cycling school that trains 300 children from Khayelitsha, inculcating them human values through sport. In many cases, it works as an escape for children with terrible situations at home. Providing a safe place. Velokhaya, above all, is a great family.


Amos, as well as a great person, is its founder. He told us that while being a postman, he got into cycling, to the point that he decided to buy one of his own with which he competed for the first time. Amos' brother was soon hooked as well, and together they went to the following competition. They started training and little by little, the people of Khayelitsha began to know them. Then came the first families asking him to train their children, and before Amos noticed, he had ten bikes and many other kids training at the back of his mother´s house. Velokhaya was born then and there. Today that house continues hosting kids the night prior to the competitions, to make sure they have diner, sleep and eat breakfast properly.


Amos' dream was rewarded when the City Council granted him permission to build Velokhaya's new facilities out of containers, in a terrain not far from the center of Khayelitsha. A dangerous place, with the highest rate of muggings, rapes and murders, is now, thanks to Velokhaya, a safe area.


Ten years have passed since that first bike and now we have had the chance to give a hand in this beautiful project, and share with them a wonderful time, hand to hand.



THE MURAL

We worked again with color and patterns, in this case, filling the gap between the letters that make up the name of the Club: BMX OVAL. VELOKHAYA. KHAYELITSHA.
The saturated colors celebrate the diversity of people living in harmony in Khayelitsha, as well as their vibrant energy.



It has been very easy to work with the Velokhaya team. This has been possible thanks to Lyall Sprong and Marc Nicolson (Thing King) for giving us the opportunity to be there and the work of Skeezo (one of the coaches) for coordinating the kids so that everyone could participate in the mural, and somehow feel even more involved in Velokhaya.



The most touching moment, undoubtedly, was the song the kids dedicated us when we finished the mural, ending with a loud "gracias" (thank you in spanish).



But it is us who have to thank them, for reminding us certain values sadly forgotten in our developed society.


ENKOSI! // THANK YOU!

3 comments:

  1. Enhorabuena por el trabajo.
    Aparte de la experiencia, del viaje, del contacto... me ha encantado la intervención sobre los contenedores; habeis conseguido que tengan aspecto de telas onduladas por el viento...
    Un abrazo
    lolo

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  2. Bueno, me imagino la gran satisfaccioón que teneis por lo que habeis conseguido, pero no os imaginasis lo contentos que nos habeis dejado, por haber compartido vuestra experiencia con nosotros.
    Sois especiales.

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  3. !Enhorabuena Boas!
    Un abrazo a todos
    Valdi

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